Si hablamos de frenar los robos quizás muchos se imaginen en primer instancia a un súper héroe con el poder de detener el tiempo, que los ladrones se queden congelados y así el héroe pueda detenerlo todo en seco, en un parpadeo los ladrones están en una celda y la ciudad descansa tranquila gracias a Míster Tiempo y su fiel compañero Chico Manecillas. Y no es una mala idea, pero no es a ello a lo que nos referimos, aquí hablamos sobre el mundo real, en el que los criminales abundan, los héroes aún esperan por su accidente de laboratorio que los hará despertar y mientras nuestro piso sigue allí, temeroso y vulnerable a las maldades del mundo.
Se dice muy sencillo pero aquello de frenar los robos es muy difícil en la práctica ya que, obviamente, no contamos con una cita precisa que podamos marcar en el calendario para saber cuando defendernos o no, así que debemos mantener una protección permanente para frenar cualquier intento de hurto.
Hay muchos métodos para desalentar los intentos de robo y frenarlos en el acto, como nos sugieren una cerrajería barcelona, unos más caros y grandes que otros, otros más efectivos y así vamos, aquí unos cuantos:
– Iluminación: esto es algo básico, pero muy como las cucarachas, los ladrones suelen huir de la luz, porque es mucho más difícil forzar la entrada a un piso cuando está bien iluminado y todos pueden verte hacer o dejar de hacer. Una iluminación constante sin sitio donde esconderse es vital para desalentar y frenar los robos.
– Una cerradura con protecciones: si en nuestra puerta solo tenemos un bombín sobresaliente con señales de que la instaló el abuelo cuando compró el piso hace muchos años, pues estaremos más propensos a ser víctimas de un robo, los cerrajeros deben entrar en accion. Lo ideal es que la primer impresión que de una cerradura o una puerta es que el paso no será nada sencillo, una cerradura de seguridad con mecanismos antirrobo probablemente ni sea tocada por los criminales ya que directamente la pasarán por alto y buscarán víctimas más sencillas de violentar.
– Una cerradura discreta: las cerraduras de seguridad suelen ser bastante difíciles de distinguir por fuera de las cerraduras tradicionales, es por ello que si el ladrón no se da cuenta de que es una cerradura de seguridad pueda igual atacarla, llevarse un chasco, pero seguimos estando en riesgo porque igual lo ha intentado. Así que un método adicional es incluir un escudo a nuestra cerradura. Podemos optar por uno decorativo que no va a proteger mucho pero que al esconder la cerradura puede ser suficiente para desalentar algún criminal. Lo idea si sería que nos hagamos con un escudo real, que esconda y proteja la cerradura.
– Encargar al gran hermano: Si hay algún testigo potencial cerca de la puerta, el ladrón es menos probable a actuar, pero como no podemos contar con la presencia las 24 horas de un vecino asomado vigilándonos la puerta, podemos optar por una o varias cámaras de seguridad en circuito cerrado que mínimo desde dos ángulos capten todo lo que pase en la puerta. Esta es una medida que algunos ven un poco extrema, pero con lo amplio de las cámaras de hoy en día, su instalación y revisión es casi cuestión de rutina.